Construir una nueva educación implica necesariamente pensar en un nuevo paradigma educativo. No hablamos sólo de un cambio en la metodología, o
en una modificación curricular. Hablamos de la necesidad de un nuevo modelo educativo, una nueva concepción,
una nueva aspiración humana que permita efectivamente al ser humano
desarrollar lo mejor de sus posibilidades y potencialidades y que
consecuentemente ayude a la construcción de una nueva sociedad. Se trata, entonces, de construir una propuesta educativa y pedagógica de claro y neto carácter humanista. Esta
necesidad ya ha sido captada por muchos educadores e investigadores que
vienen planteando algunos desarrollos interesantes en esta línea. Jorge
Osorio ha desarrollado algunas ideas en relación a las bases para un nuevo paradigma en educación. Para Osorio la crisis que vivimos
corresponde a un cambio de época, lo que atribuye al hecho que vivimos
una crisis de nuestra imagen matriz como seres humanos. Señala la
necesidad de sistematizar una nueva teoría del valor humano, no solo
como un factor económico, sino como una nueva síntesis ético-cultural.
Dice:
“No
solamente es preciso una nueva educación, sino también una novísima
alfabetización ético-cultural que habilite, capacite y haga competente a
los seres humanos en la creación de nuevos códigos para las relaciones humanas, para organizar el poder y la participación, para resguardar los derechos humanos
para superar las discriminaciones, para construir sociedades de
equidad. Esta debe ser la estrategia para revertir esa especie de sida
cultural y espiritual que mencionábamos como una de las consecuencias
perversas del progreso”
Ideas
como esta, expresan con claridad la necesidad de abordar las
transformaciones en la educación en sus aspectos más esenciales y no
simplemente en su "externalidad". En tal sentido nos parece necesario
recalcar la necesidad que tenemos de construir nuevos conceptos
paradigmaticos que nos permitan fundamentar una idea de educación acorde con las necesidades de un nuevo milenio que se
inicia; esto nos pone en situación de pensar las bases de un desarrollo
humano no solo para las acuciantes necesidades del hoy, sino además que
nos entregue las herramientas eficaces y pertinentes para la
construcción de una nueva civilización, una civilización propia de una
cultura mundializada e interconectada. El carácter humanizador o deshumanizador que
contenga este inevitable proceso transformador dependerá en mucho de lo
que hagamos hoy. De ahí la importancia que adquiere la construcción de
este nuevo paradigma educativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario